Conozca el Opus Dei

¿Qué es el Opus Dei?

El Opus Dei (Obra de Dios) es una Prelatura personal de la Iglesia Católica que ayuda a los fieles cristianos a buscar la santidad en sus actividades diarias: en el trabajo, en la familia y en los deberes ordinarios.

La Obra, como también se le llama, fue fundada en 1928 por un joven sacerdote católico de 26 años, Josemaría Escrivá, quien murió el 26 de junio de 1975, y fue canonizado por el Papa Juan Pablo II el 6 de octubre de 2002.

¿A qué se dedica la gente del Opus Dei?

La gente del Opus Dei trabaja y se desempeña en su vida social y familiar con plena normalidad, con el deseo de agradar a Dios, y viviendo como lo harían si no fueran del Opus Dei. El espíritu del Opus Dei les anima a realizar con esmero esas actividades diarias para ofrecerlas como algo valioso a Dios. Procuran vivir y crecer en las virtudes, en y a través de su trabajo y sus actividades, y animan a otros a hacer lo mismo.

Para ello, frecuentan los sacramentos y dedican parte de su tiempo diario a la oración, a la lectura espiritual y otros actos de devoción. Procuran practicar la mortificación cristiana especialmente en pequeñas cosas, en el trabajo, en la vida de familia, pensando en los demás, etc. Asisten, como cualquier católico, a retiros espirituales mensuales y a cursos de retiro anuales, así como a clases o cursos sobre la fe y la moral, para mejorar su vida cristiana.

¿Qué actividades realiza el Opus Dei como organización?

El Opus Dei ayuda a las personas a vivir conforme a su fe cristiana en su actividad diaria, ofreciéndoles la ayuda espiritual y la formación que necesitan para conseguirlo. Recuerda la llamada universal a la santidad, especialmente mediante el trabajo profesional y las actividades cotidianas.

La actividad principal del Opus Dei la realiza cada uno de sus miembros, actuando con su iniciativa personal, con libertad y responsabilidad.

Hay también otras labores en las que el Opus Dei garantiza los aspectos doctrinales y espirituales. Son siempre iniciativas sin fines de lucro que ofrecen servicios educativos o de promoción social, e incluyen centros culturales, colegios y universidades, residencias de estudiantes, clubes juveniles, escuelas agrarias y centros asistenciales, etc.

¿Qué novedades ha introducido el Opus Dei?

San Josemaría Escrivá decía que el mensaje de la Obra era tan viejo como el Evangelio y como el Evangelio nuevo. En este sentido, la novedad del espíritu del Opus Dei se refiere, entre otros puntos, a los siguientes:

• Seguir activamente la llamada universal a la santidad y al apostolado, en medio del mundo;
• Una espiritualidad basada en el valor santificador y santificante del trabajo;
• Una institución de la Iglesia dedicada a estos ideales, con hombre y mujeres, casados, solteros y viudos, sacerdotes y laicos, de todas las razas, edades y estratos sociales, todos intentando vivir ese mismo espíritu;
• El desarrollo de este ideal por Europa, América, Asia, África y Oceanía en relativamente pocos años después de su fundación;
• Un profundo respeto a la libertad de los cristianos en sus propias actividades – el amplio panorama de la sociedad secular - viéndoles no como una especie de representantes de los clérigos, sino como plenos miembros de la Iglesia, que actúan en respuesta a la llamada del bautismo;
• Una actuación en la vida secular con plena libertad y responsabilidad personal, aprovechando sus dotes intelectuales o manuales, su arte y sus conocimientos, su experiencia profesional, etc., para su trabajo y para otras funciones y obligaciones dentro de la sociedad.

Cuando fue fundado, muchos aspectos del espíritu del Opus Dei, aunque se basan en el Evangelio, fueron considerados revolucionarios durante un tiempo: la función radical de los laicos en la Iglesia y en el mundo; el papel de la mujer; la visión del matrimonio como un camino para ser santo; el amor al mundo creado por Dios como un lugar donde se puede buscar la santidad; que las dificultades y alegrías de la vida ordinaria, del día a día, pudieran servir para santificarse, etc. Muchas de estas ideas formaron parte más tarde de la enseñanza oficial de la Iglesia, especialmente durante el Concilio Vaticano II.